viernes, 21 de enero de 2011

CASUALIDADES

Algunas veces se producen casualidades que, si alguien te contara, no creerías que son ciertas. Pero sí, en las últimas semanas he vivido dos situaciones en las que se ha dado una extraña y curiosa casualidad.
En primer lugar, relacionada con el cine. La historia empieza hace unos meses. Visualizamos en la 2 de Televisión Española, una película francesa titulada “Anthony Zimmer” (2005), traducida como “El Secreto de Anthony Zimmer”. La crítica la califica como una inverosímil y minúscula trama. Yo no soy crítico de cine, pero sí una gran consumidora del 7º Arte y me hizo pasar un rato muy agradable. La verdad es que olvidé el título, pero no la esencia. Y cuando hace unas semanas fuimos al cine y por eliminación acabamos viendo “The Tourist”, de la que no había leído crítica alguna, no tardé mucho en darme cuenta que era un “remake” de “El Secreto de Anthony Zimmer”. La verdad es que me sentí ofendida, porque si bien la primera según los críticos, no era brillante, ésta por mucho palmito de Angelina Jolie y candidez de Johnny Depp, tiene una trama aún más débil y se hace interminable.
Son pocas las películas que veo en casa y excepcionales las francesas. Sin embargo hace menos de un mes volvimos a ver otra: «Pour elle» (2008), que se tradujo en España como “Cruzando el límite”. Ésta última me pareció un magnífico retrato de cómo las circunstancias pueden desestabilizar a alguien sensato y responsable. No podía imaginar, que tres semanas después de “The Tourist”, volvería al cine para ver otro “remake” de una película francesa. En este caso se trata de “Los tres próximos días” (protagonizada por Russell Crowe). Ésta más que un "remake"es una copia casi calcada de “Cruzando el límite”. Eso sí, empeorada: copian todo y lo taladran para quitar argumento, añadir efectos y alargan el final sin aportar nada. Además no me creo el personaje de Russell Crowe. Que desilusión e indignación. ¿Es que la industria americana ya no tiene nada original que ofrecernos?

Por otro lado, ayer me ocurrió algo curioso. Estaba en un semáforo y una anciana me empezó a hablar. Yo le di conversación por educación y respeto. De repente, sin venir a cuento, me dice que es de Cuenca. Yo también!!!! Esto desencadenó un montón de emociones en mí. Se derrumbó mi parte racional y volví a casa con muchas lágrimas, no sólo en los ojos. Es poco habitual que un desconocido te hable y menos que ambos seamos de Cuanca y vivamos en León.